LOS
INDEPENDENTISTAS CATALANES Y LA TÁCTICA DEL ESCORPIÓN
Son
curiosos los caminos de la memoria: a veces, algo que sucede te lleva a transitar
sus vericuetos hasta que se activa un recuerdo. Por ejemplo, la postura de los
independentistas catalanes al tumbar la propuesta de Presupuestos del Gobierno,
y, por ende, a éste, ha rescatado de mi
pasado lector la fábula del escorpión y la rana.
Cuenta Esopo que pidió el primero a la
segunda le auxiliase para pasar un río, pues no sabía nadar y deseaba alcanzar
la otra orilla. Temeroso el anfibio de ser víctima del aguijón del arácnido si
se lo subía a la espalda, rechazaba tal solicitud. Y no hubiera cedido a sus
pretensiones, de no esgrimir el otro un argumento irrebatible: si durante el
trayecto la picaba, no sólo perecería la porteadora; él mismo no conseguiría,
perdida su tabla de salvación, mantenerse a flote.
Sin embargo, cuando estaban en mitad de la
corriente, contra toda lógica, le inoculó el veneno y la mató, condenándose
también él a una muerte segura. “No pude contradecir a mi naturaleza”,
manifestó a la horrorizada rana un instante antes de que ambos se hundieran.
¿Y qué tiene que ver la decisión de los
independentistas catalanes con la actuación del escorpión?
Algo hay en las dos de inexplicable. Los secesionistas
han rechazado un proyecto de cuentas públicas con partidas beneficiosas para
Cataluña, que ahora se quedarán en papel mojado. Si en el comportamiento
suicida del escorpión mandaba su agresiva naturaleza, en el ADN de los separatistas prima, por lo
visto, la política del todo o nada. O se habla de la autodeterminación o no hay
presupuestos que valgan. Aunque pierdan los catalanes oportunidades para
mejorar sus vidas.
Es peor aún. Unieron sus votos a los del
Partido Popular y Ciudadanos y expulsaron, así, a los socialistas del Gobierno.
Pero en los comicios que vendrán gracias a su alineamiento con la derecha, las
encuestas juegan con la posibilidad de que ésta, aliada con los extremistas de
Vox, alcance el Gobierno. Y si eso sucediera, es altamente probable que entre
sus primeras medidas figurara la aplicación de un 155 duro para Cataluña. O lo
que es lo mismo, la intervención de una comunidad que goza actualmente de plena
autonomía y se quedaría durante largo tiempo sin ella.
No sé si Pedro Sánchez sería la rana de la
fábula (tal vez, en el sentido de que quiso dialogar con ellos). De lo que
estoy seguro es de quien ocupa aquí el lugar del escorpión.