LA
ARGENTINA QUE VI (31)
Imaginaos
Ushuaia después de atardecido, el 4 de noviembre, en 2017. Conviene que sepáis
que hay multitud de personas en la calle, y muchos coches. Nunca pensé
encontrar un tráfico tan denso donde se acaba el mundo, pero sí. Todo el
pueblo, así nativo como sobrevenido, parece haberse dado cita en la zona
centro.
Es La
noche de los museos, que podéis visitar sin coste. Y la gastronomía se
solidariza con el arte y los restaurantes ofrecen generosos descuentos en sus
menús.
En un
tramo de la vía principal, oiríais cantar a
capela, si estuvierais conmigo entonces. La voz no suena distorsionada,
enseguida notaréis que ningún micrófono la vuelve de metal. Que es natural como
el agua salida directamente de un manantial. Avanzando por dar con su fuente,
tropezaríais, como me sucedió a mí, con un gentío que os estorba el paso y tal
vez maldeciríais esa aglomeración y desearíais estar en soledad, para avanzar
más rápido, no sea que tan singular interpretación acabe antes de que lleguéis a
ella. Hasta que caéis en la cuenta de que todo el mundo por entre el que os
movéis, ya esté delante o detrás de vosotros, a vuestra derecha o vuestra
izquierda, permanece silencioso y quieto. En ese trance, no pedís disculpas
porque nadie las escucharía y decidís incorporaros a esa galería de personajes
estáticos. Como ellos, dirigís los ojos hacia el balcón del primer piso de una
casa que no recuerdo que tuviera más alturas que dos. Allí os sorprenderá encontraros
con una mujer vestida como actriz de ópera en plena actuación. Es una soprano
cuya garganta enfrenta al frío que nos tiene aterecidos una composición que se
esmera particularmente en los agudos. Y quizás os pasaría como me pasó, y por
un momento dudaríais qué admirar más, si su bel
canto o la entereza con que encara una temperatura gélida. Y seguro que
sólo romperíais el silencio para dejaros las manos aplaudiendo, y no sería por
sacaros la heladura de encima.
Mañana saldremos de Ushuaia. Pero antes
hemos visto esto.
Te estaba leyendo y se me paraban los pelos. Tuvo que ser muy emocionante. Más bien mágico.
ResponderEliminarMe cuesta imaginar un lugar tan remoto lleno de gente y de tráfico, me imagino que es un lugar con mucho turismo, pero ¿cuántos habitantes fijos puede tener?
Un beso.
Debe de andar Ushuaia por los 70.000 habitantes. ¿A qué te parecen muchos, para lugar tan remoto? Creo que el interés de las autoridades argentinas por que se poblase y el incremento del turismo tiene bastante que ver...
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