REALISMO
MÁGICO (CARPETOVETÓNICO)
Al
principio no me lo creí. Me resultaba tan excesivo que pensé en una original
muestra del talento hispano. Donde menos se espera, me dije, salta como liebre nuestra afición a la caricatura, que induce a la
risa y pone en solfa al poder. Y a fe que la juzgué muy lograda. Había en su
fondo mucha desmesura y un algo de verdad. Me pareció que la imaginación del
redactor ponía de relieve una forma de ser y una actitud, la beatería y la
chulería (me resisto a llamarla soberbia), de un personaje de la vida pública
española que, para el caso, semeja escapado de los esperpentos de Valle-Inclán.
Dolores de Cospedal, ministra de Defensa en
ejercicio, había dispuesto, anunciaba la noticia increíble, que la bandera
nacional ondease a media asta en la misma sede de su departamento, desde el
Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección, cuando se conmemora, en el
calendario católico, la pasión y muerte
de Cristo
“¡Inventan cada cosa!”, dije, divertido,
para mí. Y a punto de esbozar una sonrisa estaba cuando caí en la cuenta de que
ni era 28 de diciembre, señalado día para esa otra costumbre de nuestra vieja
piel de toro que son las inocentadas, ni tenía ante los ojos un semanario
satírico. Entendí, entonces, que era verdad lo que en un primer momento había
considerado broma.
Y a fin de cuentas, ¿de qué me sorprendía?
Sin duda, había concedido una importancia que no tenía a que la Constitución
consagrara el principio de la no confesionalidad del Estado. ¿No nos advierte
un adagio popular que media distancia entre el dicho y el hecho?
¿Acaso no era conocedor de que todo un
exministro de Interior había condecorado con la Medalla de Oro al Mérito
Policial a Nuestra Señora María Santísima del Amor, una de las muchas Vírgenes
que pueblan el santoral? ¿No recordaba yo, asimismo, que la titular de Empleo
encomendara a otra, la del Rocío, el auxilio para salir de la crisis? Por
ejemplo…
Olvidadizo en extremo como soy, había pasado
por alto que esto sucedía en España. En nuestra cotidianidad, no hay lugar para
lo inverosímil, que a la primera de cambio se materializa a nuestro lado como
efectivamente existente. Aquí cabalgamos la modernidad a lomos de la Edad
Media. Vivimos en un país de novela, en la modalidad de realismo mágico. Sólo
que carpetovetónico.
Lo bueno que tienen las vacaciones es que desconectas, a veces demasiado, y no te enteras de según qué estupideces, así es que tengo que venir a leer tu blog para enterarme de noticia tan singular. Estamos en manos de los mismos que llevaban a Franco bajo palio y que siguen pensando que son dueños de la verdad,, de la bandera, de los dineros y de los destinos del país. Están en su cortijo y hace lo que les da la gana que para eso son los amos.
ResponderEliminar¿La Constitución? Si votaron en contra.
Un beso.
No sé si lo has visto: en una de las últimas viñetas de Forges, aparece un ciudadano que acude a una comisaría, a entregarse. El policía le pregunta por qué y él responde que "por votarles". (Lo reproduzco de memoria, pero era algo así).
EliminarPero sólo es un chiste... ¡Y mira que hacen méritos!
Se lee cada tontería que hacen en España estos del PP que la verdadera mierda la quieren tapar con las banderas. Un abrazo
ResponderEliminarCreen que España es su cortijo, Carmen...
EliminarUn abrazo