HAY UN BARCO RACISTA EN EL MARE NOSTRUM
Un
buque lleno de miserables se dirige al Mediterráneo, si en estos momentos no
navega ya sus aguas. Va a la busca y captura de otros a quienes se podría
atribuir el mismo adjetivo, si bien con contenido bien distinto. A los primeros
les conviene el término en sentido ético y peyorativo, para significar su
estulticia moral; a los últimos, que son los perseguidos, se les aplica ese
mismo calificativo en un sentido meramente denotativo, objetivo: su miseria es
material: la de la pobreza extrema o la de la guerra de las que intentan
escapar. A las dificultades que enfrentan en su huida, se añadiría, de no
ponérsele coto, la agresiva actuación que intentan protagonizar los que fletan
o tripulan el C-Star, el barco de Defend Europe, organización que agrupa a
colectivos ultraderechistas de varios países del viejo continente. Pretenden
interceptar a los migrantes y devolverlos a Libia. En su punto de mira tienen
también a las ONGs, cuya solidaria labor de rescate se proponen dificultar.
Ojalá, sin dejar de ser ellos, pasasen a
ser, también los otros. Si estuviese en mi mano, los haría vivir su existencia.
Invocaría a los vientos para que en volandas los llevaran a Senegal, a Nigeria,
a Etiopía, a Sudán. O a Siria, por ejemplo, a Siria también. Y allí los
dejaría, esquivando bombas, padeciendo hambrunas, sin otro futuro que un
dramático presente.
Quisiera ver cómo, en un intento por burlar
ese destino y retornar a Europa, caen en manos de mafias desalmadas. Cómo
pierden el norte en el desierto o, apretujados en la caja de algún camión
desvencijado, a duras penas logran dejar atrás esas masas de arena y sol. Cómo (¡tantos
cómo!), cuando alcanzan, si los alcanzan, los países que bordean el
Mediterráneo, desearían volverse invisibles a la policía que los maltrata, a
las bandas que los secuestran y les roban o los esclavizan.
Me gustaría que, embarcados al fin en una
frágil patera, sin más horizonte que el mar, a punto de naufragar, se
encontrasen con el peor de sus desafíos, esto es, consigo mismos, con lo que
eran antes de emprender este viaje terrible Que se enfrentasen a lo que son y a
lo que hacen.
Maravillosa entrada, Juan. Estoy de viaje, alrededor de ese Mediterráneo que fue de todos y hoy quieren apropiarse algunos canallas, por ello no sabía esa noticia que nos cuentas. Terrible. Merecen lo que les deseas y más.
ResponderEliminarUn beso.
Ojalá estuvieran solos, Rosa. Pero son únicamente una hipérbole de lo que está pasando en Europa.
EliminarUn abrazo de los fuertes