LA
ARGENTINA QUE VI (4): UNA FLORALIS
GENÉRICA
Ahora
deberíais cerrar los ojos e imaginar la mayor de las flores del mundo. Una que
os haga sentiros Gulliver en el país de los gigantes. Y que no se marchite, como
si no fuera con ella el devenir de las estaciones y viviera instalada en una
eterna primavera.
Estuve a su vera el 31 de octubre, y, en
comparación, yo no era más que una menudencia, una diminuta insignificancia.
Mide 23 metros de alto y su diámetro alcanza los 32. Pensaréis que fantaseo,
aunque suceda en Argentina y todo en América cobre dimensiones colosales. Pero
es cierto que haberla hayla, incluso
no siendo del todo verdadera.
Me explicaré, y veréis cómo en este caso
realidad y ficción se hermanan. Son de metal sus seis pétalos, detalle que no
los exime de cerrarse a la oscuridad, plegándose de noche, para abrirse de nuevo a la luz cuando
amanece el día. El colmo sería ya que oliera.
No me
preguntéis por qué planta la engendraría, bastante es que exista ella. Floralis genérica, la bautizó el
arquitecto Eduardo Catalano, su hacedor, quien quiso que subsumiese en su ser
la esencia de todas las flores del mundo. Al contemplarla, creo que lo
consiguió.
Está en un vastísimo parque verde, arbolado
al fondo, que lleva el nombre de Naciones Unidas. Emerge en medio de un
estanque, cual Narciso que se complaciera en contemplarse a sí mismo, ajena a
que, al tiempo, multiplicará el agua su
vistosidad a ojos de quien, sólo con verla, ya no puede sino admirarla. Y mira
que es difícil destacar en el barrio de La Recoleta, donde todo asombra.
Parece Buenos Aires abrirse camino por entre
un bosque, hasta tal punto se colma de árboles. Pero ya veis. Como si les
supiera a poco y no les bastara esa naturaleza desbordante, aún han cultivado
los bonaerenses esta flor, que será de mentira, pero no por ello deja de ser
flor.
Te estaba leyendo y estaba pensando, "imposible, no existe una flor tan grande" y resulta que es de metal. No tenía ni idea de que existiera una cosa así, pero la he buscado en Google y es preciosa.
ResponderEliminarUn beso.
Sólo el arte puede competir, a veces, con la naturaleza...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte