FELIZ
2015
Nos
van a prometer el oro y el moro, y hasta es posible que suelten alguna migaja,
que previamente nos habrán arrebatado, por ver si nos contentan y, olvidados de
sus fechorías, vuelven a votarlos quienes antes lo hicieron o nos quedamos en
casa, sumidos en el desencanto, los que nos inclinamos por otras opciones que
no hayan sido de gobierno.
Mi primer deseo para 2015, que, como sabéis,
será electoral, es que no perdamos la memoria. Sus promesas no se escribirán
sobre hojas en blanco, qué más quisieran, sino emborronadas por incumplimientos
y engaños, cuando no, casi siempre, por intereses espurios, que no casan con los
de la inmensa mayoría de la población, esto es, con todos los que no somos
ellos.
No desconocen que tontos no somos, ni
amnésicos, y van a tratar de meternos miedo, ya lo están haciendo. Como si no
nos hubieran dado incontables motivos para sentir pánico con sus medidas de
gobierno y sus actuaciones.
A este 2015 que ahora empieza yo le pido que
le demos gusto al cuerpo y, colectivamente, abramos camino a una nueva etapa en
nuestras vidas. No es poco, y además no depende de la suerte. Está en nuestras manos.
Y yo lo suscribo. Y un abrazo.
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