POR
EE UU (6): SUSPENDIDOS EN EL VACÍO
Sobre
la inmensa rotura de la tierra que es el Gran Cañón del Colorado se cierne el Sky Walk, que no ha sido bautizado así
en vano: cualquier lego en inglés sabría, con solo verlo, que es el Paseo del Cielo. Sale de lo alto de un
paredón y va hacia el que tiene enfrente, pero antes de unir al uno con el otro
olvida toda ambición de ser puente y se hace estrado, si bien majestuoso.
Nos
han entregado un calzado de plástico. Sabemos que es para proteger el
monumento, pero su forma de babuchas orientales parece anticipar un prodigio.
Al principio, cada paso que das semeja más
una temeridad que la búsqueda de un oteadero desde donde mirar. Tus pies pisan
el vacío, como si caminases sobre el aire y la ley de la gravedad hubiera sido
derogada. Acabas de hacer realidad el viejo empeño de volar sin alas.
Debajo de ti se abisma el paisaje. Por un
momento, piensas que, si se rompiese la pasarela de cristal que andas, morirías
cayendo, aun antes de estamparte contra lo más hondo, un kilómetro más abajo, y
no se oiría, arriba, el ruido de ese choque lejano.
Según avanzas, muy poco a poco, vas
desechando miedos y ganando en seguridad, porque el suelo será transparente,
pero resiste tu peso y el de otros. La sensación de vértigo, si no desaparece
del todo, paulatinamente se atenúa. Abandonas la tentación de acogerte al
refugio que te ofrecen los estrechos
arcenes metálicos que aorillan el camino de vidrio. Incluso terminas por
sonreír viendo cómo algún recién llegado, pasando lo que tú has experimentado,
espanta con aspavientos su susto.
Mientras permanezcas así suspendido, no
envidiarás al ave de presa que ciclea cercana, ávida de caza. Únicamente, si es
caso, apetecerías de sus ojos, que multiplicarían tu agudeza visual. Aunque
este espacio desmadrado supera el interés por el detalle y exige dilatar la
pupila. Todo es ciclópeo en torno. Aun después de contemplarlo, cuesta
describirlo, como sucede cuando se encara lo inconcebible. Nada hay donde estás
que escape a tu asombro, hasta el tiempo que empleó la naturaleza en modelarlo.
Millones de años se materializan en estos parajes que nada nos deben. Que hacen
de nosotros nadies.
Ahí no estuvimos, pero he visto fotos en internet ¡¡qué vértigo!! Tuvo que ser toda una experiencia.
ResponderEliminarUn beso.
¡Pues ya tienes un motivo para volver! De verdad que merece la pena. Cada paso es un desafío...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte