COSPEDALIANAS DESMESURAS
Ofrece la secretaria general del
PP (también presidenta de Castilla la
Mancha ) frecuentes ocasiones para ejercer su labor a un
profesor de lengua castellana. Abunda, en efecto, su discurso en despropósitos
verbales. Dudo que se deba a que no dé más de sí en el manejo del idioma. Más bien
tiendo a atribuir sus meteduras de pata a la dificultad que conlleva justificar
lo injustificable o al empeño de denostar al adversario más allá de cualquier
límite.
No queda otra que enmendarle la plana. Por un lado porque siempre ha
sido la corrección de los errores fuente de aprendizaje; por otro porque, dada
la posición que ocupa este personaje, sus disparates de habla se propagan a gran
velocidad en los medios, con el riesgo de imitación que ello comporta.
De los escraches ha señalado,
por ejemplo, que son nazismo. Y una de dos: o desconoce lo que significa el primer término o
ignora la monstruosidad a la que se nombra con el segundo. O sí lo sabe e
iguala ambas palabras con plena consciencia de lo que hace.
En todo caso, no sé qué será peor: si
criminalizar a quienes ante el domicilio o lugar de trabajo de diputados exponen su desesperación frente a los desahucios y les reclaman que no sean insensibles ante sus dramas o si minimizar lo que
supuso el nazismo. Realmente, se mire cómo
se mire, en esa equiparación late algo más que una confusión lingüística. A mi
modo de ver, una impostura insoportable.
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