PESADILLA EN LA
COCINA , de Lasexta
Mejor que bueno en lo suyo, que
es el arte de los fogones, llanote en sus maneras hasta rayar en la brusquedad,
con ese hablar viejo castellano que no hace ascos al taco; por veces
desesperado, pero también con esa ternura que le pone a la faena, se dedica el
chef Chicote a sacar a flote restaurantes de existencia dolosa.
Yo no entiendo que haya sitios así en la España de hoy, pero ahí están.
Destacan algunos por su suciedad, otros por la indolencia o la falta de preparación
de su personal. A menudo resulta llamativo lo mal que se llevan entre sí, cómo
se enfrentan y discuten, lo que de puertas adentro se dicen. Y para qué hablar
de los dueños, muchos francamente enajenados, fuera de sitio.
Todo un catálogo de miserias sale a la luz del día, qué opinará el
turismo de casos como estos, que afectan a la industria nacional por
antonomasia.
Transcurren los minutos del programa y uno se pregunta si no existen
inspectores que inspeccionen, dónde se formaron cocineros y camareros, qué idea
tienen del negocio quienes lo montaron.
Muy en su papel, trata Chicote de enderezar un rumbo a la deriva. Se
sirve en ocasiones de las mismas malas formas que sus pupilos, (que muchas
veces parece, por cómo se le enfrentan, que lo son contra su voluntad), pero
con una gran ventaja, que le viene dada por sus saberes.
Corrige malas prácticas en la
cocina, organiza el servicio, ejerce de psicólogo para mejorar la comunicación
y al final siempre da la impresión de que triunfa en su empeño. Su gran
argumento, la traca última que remata quehacer tan laborioso, es la elaboración, a
su cargo, de una nueva carta e, incluso, la remodelación del local por su propio equipo. Y es de ver cómo se emocionan
los otrora desafectos, cómo se vuelven palmas lo que fueron lanzas.
Un gran interrogante es cuánto durará ese estado seráfico una vez que el
chef se haya ido en busca de otros menesterosos a los que remediar. Sería
interesante que las cámaras volvieran a pasarse por esos restaurantes
transcurridos unos meses, claro está, sin previo aviso. A lo peor, sigue sin
ser oro lo que antes, cuando los dejó Chicote, tanto relucía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario