“EL PP O LA
NADA ”
Es como si tuviera un virus en el ordenador. De esos que,
aunque quieras, no dejan que los pierdas de vista y siempre retornan con
obstinación a la pantalla. En mi caso, es el Partido Popular. No hay forma
humana de que lo olvide. Pertinaz, aparece una y otra vez, para turbación de mi
sosiego. Consigue superponerse a cuestiones que me interesan, con cuya
recreación podría disfrutar, fuerza a que le preste atención, por más lejos de
mí que lo quisiera, y no hay conjuro que me sea de utilidad para espantarlo de
mis pensamientos y mi escritura.
Al hilo de estas
reflexiones, recapacito sobre unas palabras que Dolores de Cospedal pronunció
en el cónclave que el partido en el Gobierno celebró recientemente en
Valladolid. “Es el PP o la nada”, se atrevió a decir, sin el menor atisbo de
vergüenza, con la mayor de las aposturas, como, por otra parte, tiene por
costumbre, sea cual sea la desmesura verbal en la que incurra. Y de nuevo me
veo metido en aquello de lo que pretendía escapar, o sea, hablando otra vez del
PP, ¿lo veis?
Claro está que ahora
ya sé dónde estoy instalado, o dónde pretenden que esté. Con esa rotunda
disyuntiva, se me arroja al reino de la
Nada , se me niega el derecho mismo a la existencia, o, lo que
es lo mismo, a pensar distinto, a mí como a tantísimos otros. Y aquí me tenéis,
revolviéndome contra tamaña simplificación, escribiendo, pues, otra vez, sobre
el Partido Popular, o buena parte de él.
Qué más quisieran
que poder negarnos a quienes no somos como ellos. De hecho, lo intentan.
Realmente, hacen todo lo que está a su alcance por arrojarnos al vacío a los
que disentimos de sus principios porque, simplemente, tenemos los nuestros.
Pero su esfuerzo es vano, esa desmesura sí
que no conduce a nada. Fuera de sus mentes, la sociedad rebosa pluralidad, es
multiforme en su ideología, dista de prestar oído a afanes uniformizadotes, se
levanta en desacuerdos. De un reduccionismo como el suyo se han nutrido los
totalitarismos que en el mundo han sido, que perviven, todavía, aunque a menudo
traten de esconderse vanamente bajo apariencias democráticas.
¿El PP o
la nada? Qué descaro, qué soberbia, qué ignorancia, qué manera de disfrazar la
propia conveniencia.
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