DEUDA
CUMPLIDA
A
mis veinte años hace poco
cumplidos
tomo
papel, lápiz y palabra
y
digo para cuando los ojos se me cierren
hasta
siempre
de
este cuerpo mío.
Y
que se queme
y
que lo quemado sea esparcido a donde
llegue.
Confundido
con el aire será respiración
de
alguien algún
día
o
tal vez entre la tierra haga nacer
hierba
buena que alimentará
vuestro
ganado, o sea
una
espiga de trigo.
Y de la espiga
y del aire
y de la hierba
saldrán
siempre, aunque nadie
lo
quiera
el
pan y el amor y siempre.
A Coruña, 14-XII-67
P.D.
Es uno más de mis poemas de cuando era joven, un canto a la inmortalidad que se
resiste a abandonarme (el canto, no la inmortalidad, claro), tantos años
después. En su versión gallega, cantado por Xerardo Moscoso, de Voces Ceibes
(Voces Libres), fue editado en un single por EDIGSA. Pero no creo que lo podáis
conseguir, ni siquiera en un mercadillo
de viejo. Debe de estar agotado y ya descatalogado. Y espero que quien lo tiene
desde entonces no quiera deshacerse de él...
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