POR
EE UU (12): HOLLYWOOD WALK OF FAME
Una
procesión de gente anda a la caza de estrellas. No las busca en un cielo azul y
sin mácula. Mira a tierra, donde forman constelación inacabable, cada astro
individualizado con nombre y apellido. Para su identificación no se precisan
nociones de astronomía, sino de artes escénicas, o más bien de artistas (de
cine, de teatro, músicos, magos incluso). No menos de dos millares figuran en
esta original vía láctea, dispuesta ordenadamente sobre la superficie de una
acera de Los Ángeles.
Pasea arriba y abajo la multitud ávida de
hallazgos, en un hormigueo incesante. De cuando en cuando y de trecho en
trecho, esquivamos a un grupo que se detiene, formando un corrillo alborozado
de risas y voces, que posa para inmortalizar el momento con sus móviles o sus
cámaras. Es que se han encontrado el sujeto de su devoción. Quien es el
interfecto y el símbolo de su arte destacan en amarillo, como el reborde de cinco puntas de la estrella que lo aloja, sobre un fondo que se colorea de un
terrazo rosa suave.
Michael Jackson goza de especial fervor en
este firmamento, como también Elvis Presley o Charles Chaplin. No todos los que
están son venerados por igual. A muchos se les regala, al paso, que no se para
a reverenciarlos, una mirada de reconocimiento, o, ay, se les ve sin que la
vista se fije en ellos, como no sea para un apresurado descarte.
La mitomanía se nutre asimismo de actores,
que encarnan a personajes objeto de culto. Cuando más desprevenido estés, tal
vez se te aparezca Marilyn Monroe, o te sientas observado por El Zorro; quizás Superman se te sitúe al lado, como si pretendiera salvarte de un peligro
que ignoras. Si condesciendes a su pretensión de fotografiarse contigo, no
deberías olvidar que de eso viven, pues no siempre el escenario ofrece tarea a
todos, y éste es, ahora, su trabajo.
Quien no se satisfaga con sucedáneos siempre
podrá optar por los originales, basta
acertar con la fecha adecuada. En el Kodak
Theatre se entregan los Óscar del año, y el espectáculo se
inicia fuera, donde estamos, con los famosos pisando alfombra roja. Y si no,
tal vez se consuelen los fans ante las huellas de pies y manos de sus ídolos,
que eterniza el cemento en el patio del también próximo Grauman´s Chinese
Theatre.
Vanitas vanitatis.
Ya veo que os paseasteis por donde están las estrellas, y no las del firmamento precisamente.
ResponderEliminarYa me gustaría a mí asistir a una gala de los Oscar en el Kodak Theatre, pero de momento lo veré en la tele y en diferido porque es a unas horas...
Un beso.