CARTA ABIERTA A ÁNGELA MERKEL (2)
Vaya por delante que, si de mí
dependiera, la deuda la pagarían los deudores, o sea, los bancos, que son
quienes mayormente la han contraído, y no el Estado, doblando aún más las
espaldas ya muy encorvadas de la ciudadanía. Sin embargo, como preveo que no
entrarán ustedes a ese trapo, y quienes se hacen la ilusión de que gobiernan
España van detrás de todos los capotes que les tienden, tengan a bien cambiar,
al menos, de estilo y de intenciones.
Le haré, pues, algunas consideraciones, que ustedes podrían convertir en
“recomendaciones” (tómelo cono puro eufemismo), que sustituirían a las que
vienen formulando a nuestro Gobierno, y que tanta devastación, tantas penurias, están
provocando entre la población.
Un buen filón para recaudar fondos con que hacer frente al débito lo
tendrían en quienes evaden capitales y, por tanto, impuestos. Aquí, en lugar de
perseguirlos con saña y una buena tropa de inspectores, se les amnistía, como
lo lee, lo acaban de hacer, por cuatro perras.
Sume su voz al clamor de los funcionarios de Hacienda y exija que se
incremente su número, que se combata el fraude fiscal en todas sus
manifestaciones, que son muchas.
La
economía sumergida, por ejemplo, que no cotiza ni declara, campa por sus
respetos en España. Podrían ustedes tirar de esos hilos, en lugar de machacar
al contribuyente honrado.
Y ya puesta, haga usted uso de su poder sobre nuestros dirigentes para
que se lleve a cabo una reforma fiscal en condiciones, que obligue a aportar
más al que más tiene.
Luego, o antes creo yo, usted verá, están los bancos. ¿Sabe usted que,
además de lujosas sedes, tienen cientos de miles de pisos confiscados a sus
propietarios, que ni alquilan ni venden? Podrían habérselos arrendado a las familias
a las que dejaron en la calle: aunque les cobrasen módicamente, algo más de
dinero tendrían para hacer frente a lo que deben y, encima, ahorrarían
sufrimiento. Naturalmente, a los banqueros habría que exigirles que
respondiesen con sus fortunas de su mala gestión. Demande usted, además, que no
les dejen irse de rositas o, más inconcebible aún, con indemnizaciones
millonarias. Y a los que se quedan, reajústenles los sueldos.
Fíjese si hay de donde sacar. Pero si todavía le parece poco, siga leyendo, que, mañana, encontrará más.
Sí, los bancos tienen un problema, pero el Estado también, y no solo por culpa de las entidades financieras. El modelo actual de financiación pública depende de las emisiones de deuda, son los mercados los que han financiado el estado del bienestar, las obras públicas y un largo etcétera.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con que habría que acabar con la economía sumergida, pero descuida, ninguno de los dos partidos mayoritarios han estado jamás por la labor, se han limitado a contenerla, son demasiado grandes los intereses.