jueves, 14 de febrero de 2019

QUO VADIS, PABLO CASADO ?

“Traidor”, “felón”, “mentiroso compulsivo”, “ridículo”, “incapaz”, “desleal”, “ególatra”, “incompetente”, “mediocre”, “okupa”… Tales son los calificativos que, en sólo unos minutos, el señor Casado, secretario general del Partido Popular, ha dedicado a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español (y conste que la lista no es exhaustiva). Motivaban semejantes exabruptos decisiones del ejecutivo en relación al conflicto con los independentistas catalanes. Y yo, que estoy deseando valorar en este blog el último libro que he leído, me he considerado obligado a volver a la ciénaga en que algunos, como el citado, convierten de ordinario la política de nuestro país.
   Empezaré por decir que, a mi parecer, esas palabras, más que para describir al señor Sánchez, desvelan aspectos preocupantes de la personalidad pública del señor Casado. Sobre todo, teniendo en cuenta el carácter de dirigente que ostenta. Queda al descubierto un modo visceral de afrontar los problemas, que sustituye la crítica por el insulto y busca denigrar al contrario. Para más inri, lo hace sin complejos, como si ese comportamiento fuese lo más natural del mundo. ¿Alguien en su sano juicio, por muy conservador que sea, le confiaría la gobernanza del país?
   Su actitud, además, define una determinada manera de concebir y ejercer la oposición. Consiste en una voladura incontrolada de puentes. Sus dicterios no fijan únicamente una posición: cierran espacios, ya no a la negociación, también al diálogo, tan necesario en una situación como la que vivimos. Hacer de las palabras dardos es lo que tiene. Transforma al otro, de adversario, en enemigo, e imposibilita, así, cualquier colaboración, incluso en asuntos en que resulte imprescindible.
   Tampoco debe desdeñarse la repercusión pública de declaraciones como ésas. La dialéctica del agravio traslada a sus partidarios un ánimo hostil, atiza sentimientos primarios y conduce a la confrontación social. Curioso corolario para quien llena su boca con la unidad de España. 

2 comentarios:

  1. Me has dejado sin nada que añadir. Pablo Casado no encontraría la crítica constructiva ni con un plano. Su falta de complejos es más bien falta de pudor, de discreción y de toda medida. El señor Casado es parte de esa extrema derecha que siempre se camufló en el PP y que cuando al partido le va mal, emigran a VOX. Él sigue en el PP, pero deseando poder pactar con los ultras.
    Mal futuro nos aguarda. Yo sigo hablando en mi blog del último libro leído porque todo esto me enciende y me causa gastritis.
    Un beso.

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    1. Yo confío en que, al menos, alguna consecuencia buena tenga su actitud. Me refiero, claro, a que provoque una reacción por parte de la gente de centro o de izquierda... En ello laboro.
      Un abrazo fuerte

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