HUEVOS AL NEGRITO
Esta es una receta de cocina del
tiempo de mis abuelos. Dicen que en la infancia se configura el gusto por
determinados sabores, que perdurará de por vida, y a mí me pasa. Los platos que
prefiero vienen de esos primeros años, de cuando íbamos a Villapedre, el pueblo
materno que en el occidente asturiano nos acogía en los veranos de la niñez.
Mentiría, sin embargo, si sostuviese que solo lo valoro porque forma parte
de mí desde hace tanto tiempo. Aun antes de llevármelo a la boca, ya lo saboreo
en la poética de su nombre. Es ese un goce estético, literario, anterior a la
degustación, que vendrá después.
Pero, en espera de ese momento gozoso, pongámonos ya manos a la obra. La
bechamel es lo que, en el recargado lenguaje de cualquier chef de renombre, se llamaría el lecho, o sea, la base que ha de cubrir el fondo de
la bandeja (mejor si es de barro).
A continuación, se cuecen huevos,
tantos como se prevé que se comerán, quizás más, por dar ocasión a que algún
comensal dado a la glotonería repita. Luego de descascarillados, se les pone de
pie. Si es leyenda que Cristóbal Colón lo hizo aplastándoles uno de sus
extremos, porque los suyos estaban crudos, nosotros conseguiremos que se mantengan erguidos
rebanándoles transversalmente una punta, y guardaremos el capuchón resultante
para después.
Ya en posición vertical los huevos, pincharemos en su parte superior un
palillo, cuidando de que sobresalga. Enseguida insertaremos en él una tira de pimiento
rojo, que oficiará de corbata. Encima, y para ser cabeza, ha de ir una anchoa de las enrolladas.
No quedaría completo el individuo así esculpido si no se le añadiese,
sobre la jeta, el sombrero que, como habréis adivinado, es el casquete que
habíamos cortado antes y previsoramente, habíamos reservado.
Dispersamos a estos caballeros sobre la bechamel de la bandeja y antes
de servirlos damos ocasión a los invitados a sorprenderse con tan singular
estampa. Seguro que algo de pena les dará meterles cuchillo y tenedor. Al
menos, hasta que los prueben.
Ya me diréis.