lunes, 17 de septiembre de 2012


Recuerdo nítidamente a un tío mío, médico, caballero sobre una guzzi por carreteras desiertas y caminos impracticables, al encuentro de algún enfermo al que curar. Mis ojos de niño se iban siempre tras el brillo rojo de aquella moto, pero lo que me admiraba sobremanera era que sanara a quien estuviera malo, cómo devolvía a la vida diaria al postrado en el lecho.
   Naturalmente, que lo admirase no quería decir que fuera a seguir sus pasos. No me veía yo cosiendo una herida, o enfrentado al sufrimiento o en el trance de acertar con un diagnóstico que salvara al doliente.
   Solo que estos días,  cincuenta años después, he leído que unos 2.000 médicos se han declarado objetores a la ley que les prohíbe atender a inmigrantes sin papeles en centros de salud y hospitales públicos españoles. Y ahora sí que lamento no haber estudiado Medicina. Es que siento no poder estar en esa lista.

1 comentario:

  1. Emociona la emoción de Freire recordando en su tío el poder casi mágico de curar, el atributo de ayudar en dar salud y bienestar a la gente. Mi padre era médico y andaba en moto por las carreteras de Asturias y también yo quise estudiar Medicina, pero como era chica y en los años sesenta no había entonces esa carrera en Oviedo, me conformé y me ilusioné con Filosofía y Letras.
    No podemos apuntarnos a los objetores de conciencia médica, pero sí a la lista de los ciudadanos objetores que no vamos a consentir una indignidad tan canalla como ésta de dejar sin atendión médica a los sin papeles. Las últimas noticias del Ministerio que nos quiere confundir cada día, con toda la intención, y volver tarumbas a los muchos sanitarios que se han opuesto a este Decreto es que deben atender a todos y, ojo con esto, a los que no puedan pagar se les hace una factura, que quedará pendiente.
    No somos ricos, pero tampoco miserables. Vamos a ir con los inmigantes sin papeles a los centros de salud, a los servicios de urgencia, a donde hagan falta para que les sanen y no les cobren. No están tan solos. Apúntate a la lista. Ponte en contacto y difunde. ¡Salud! Nunca mejor dicho.
    Isabel Tejerina: isabel.tejerina@unican.es

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