sábado, 22 de diciembre de 2018

ZAFIEDAD Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN

La fiscalía ha retirado los cargos que había presentado contra el actor Willy Toledo. Aunque el proceso judicial continúa abierto, con la Asociación Española de Abogados Cristianos personada como acusación, que el ministerio público no haya seguido adelante con su denuncia es una buena noticia. La mala educación no debería ser considerada un delito, aun cuando constituya una falta de respeto a determinadas creencias. Otra cosa es que haya que batirle palmas a Willy Toledo por lo que escribió en su muro de Facebook el 5 de julio de 2017:
“Yo me cago en dios, y me sobra mierda pa cagarme en el dogma de la santísima y virginidad de la Virgen María” y “Me cago en la Virgen del Pilar y me cago en todo lo que se menea”.
   Hay textos y contextos, y, por norma general, los primeros han de ajustarse a los segundos. Para eso están los registros lingüísticos –vulgares, coloquiales, estándares, cultos…-. Constituye una falta contra el decoro poético no adecuar el lenguaje a la situación comunicativa. No es lo mismo el desahogo verbal y provocador entre compañones en la barra de un bar, el ánimo exaltado y la mirada encendida, que lo escrito en una red social, que multiplica las voces. El tema de que se trate pide, por otra parte, un determinado tono discursivo. Hay expresiones, particularmente en cuestiones que afecten a creencias –por absurdas que puedan parecernos-, que nada aportan, salvo ofender gratuitamente a quienes las profesan.
   Proliferan en nuestra sociedad las ordinarieces, las descalificaciones gruesas, las defecaciones varias. Las vísceras ocupan el lugar de la argumentación. Desde las redes sociales a los medios de comunicación o el mismísimo Parlamento, hay quienes apelan a los sentimientos más primarios para armarse de razón cuando, precisamente, es la razón la que falta en sus denuestos.
   Nadie debería ser procesado por proferir exabruptos soeces como los emitidos por el señor Toledo. Sin embargo, tampoco haría yo de él un héroe al que admirar por su atrevimiento, ni un modelo a seguir por regüeldos verbales como los reproducidos líneas arriba. A mí me da vergüenza –ajena- incluso leerlos. Y no por cuestión de creencias  religiosas, precisamente.  

2 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo contigo. Las frases de Willy Toledo son de mal gusto, malsonantes y ofensivas para mucha gente que es creyente y a la que no se debe ofender de manera gratuita. Ahora bien, si vamos a procesar y condenar a todo el que ofende a alguien, yo pediría que procesen a todo el que se mete con los ateos, con los homosexuales, bisexuales y transexuales, con los escritores y directores de cine que me gustan, con...
    No se puede legislar a golpe de sentimientos. Todos herimos algún sentimiento al hacer ciertos comentarios con los que otros no están de acuerdo. Terminaríamos todos en la cárcel.
    Un beso.

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