jueves, 6 de febrero de 2020

AL HILO DE UN CHISTE GRÁFICO DE DÁVILA

Escribo de una crítica materializada en cómic. El humor adopta aquí la forma de viñeta amarga. La palabra se entrelaza con el dibujo y de esa mixtura surge un artefacto de destrucción masiva… de prejuicios. Los de quienes llaman pin parental a un veto a la libertad de cátedra y, sobre todo, al derecho de los menores a una educación que no se termine en el ámbito del hogar. Cuánto se puede decir con tan poco. Pero hora es ya de que desvele la fuente de mis divagaciones.
   Las motiva una ilustración del gallego Davila. En primer plano, vemos, a la salida de una gruta, cubiertos de pieles, a dos humanoides, hombre y mujer, quienes, cual cuadrúpedos que aún son, andan a cuatro patas. Se trata, desde luego, de cavernícolas, en todos los sentidos del adjetivo. Quiero decir que sus ideas en nada desentonan con su arcaica forma de vida. Únicamente habla él. Dos bocadillos encierran sus palabras, enmarcadas por exclamaciones y, en un caso, interrogaciones. Son, pues, gritos, casi alaridos, que denotan asombro y enfado. Están en consonancia con su catadura de energúmeno de cabeza grande, bocaza abierta por la que asoma una dentadura imperfecta, nariz como si fuese personaje de Quevedo y cejas muy pobladas. En conjunto, y pese a la aparente sencillez del trazo, mete miedo. A su lado, la mujer no ofrece una imagen más tranquilizadora. Mira a donde él mira y, aunque callada (ése es otro mensaje, sólo él se expresa), dice por ella el gesto de enfado, inquisitorial  ¿Y qué barbota su compañero?
-         Camiñando de pé!!??
-         Xa están na escola meténdolle fantasías na cabeza!!
   Para quienes no sepan gallego:
-         ¿¿¡¡Caminando de pie!??
-         ¡¡Ya están en la escuela metiéndole fantasías en la cabeza!!
   Y es que la nómina de personajes se completa con un tercero que, en efecto, se desplaza erguido y, a lo que se ve, orgulloso de haber transitado a bípedo. Los escasos palmos que levanta sobre el suelo constituyen una pura manifestación de presunción y contento, que contrasta con la indignada sorpresa de sus progenitores. Es todavía niño, o sea que está en edad escolar.
   Yo lo interpreto como una ingeniosa denuncia de quienes pretenden hurtar a sus criaturas conocimientos o actitudes que no encajan en la propia –y retrógrada- visión del mundo. Como si los hijos fueran propiedad de los padres y careciesen del derecho a saber de la complejidad y amplitud de lo existente fuera de las creencias familiares. ¡Que no les abran los ojos en la escuela! Inmovilismo frente a los avances de la Humanidad (y de la humanidad), cerrazón ante el progreso. No es, precisamente, del colegio o instituto de quien en ocasiones hay que proteger a niños o adolescentes…

2 comentarios:

  1. Todo lo que dices, más el hecho de que quieren escatimar a los niños derechos consagrados por la misma constitución con la que nos agreden a diario en relación a Cataluña.
    Los cavernícolas devinieron en humanos, ellos están dejando de ser humanos para devenir en cavernícolas.
    Me llegó la viñeta y es muy buena.
    Un beso.

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  2. Nada que añadir a tus palabras, Rosa, sino agradecerlas. Sintetizas cuanto podría decirse. Me encanta especialmente el segundo párrafo.
    Un abrazo fuerte

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