miércoles, 8 de agosto de 2018


LA ARGENTINA QUE VI (31)

Imaginaos Ushuaia después de atardecido, el 4 de noviembre, en 2017. Conviene que sepáis que hay multitud de personas en la calle, y muchos coches. Nunca pensé encontrar un tráfico tan denso donde se acaba el mundo, pero sí. Todo el pueblo, así nativo como sobrevenido, parece haberse dado cita en la zona centro.
   Es La noche de los museos, que podéis visitar sin coste. Y la gastronomía se solidariza con el arte y los restaurantes ofrecen generosos descuentos en sus menús.
   En un tramo de la vía principal, oiríais cantar a capela, si estuvierais conmigo entonces. La voz no suena distorsionada, enseguida notaréis que ningún micrófono la vuelve de metal. Que es natural como el agua salida directamente de un manantial. Avanzando por dar con su fuente, tropezaríais, como me sucedió a mí, con un gentío que os estorba el paso y tal vez maldeciríais esa aglomeración y desearíais estar en soledad, para avanzar más rápido, no sea que tan singular interpretación acabe antes de que lleguéis a ella. Hasta que caéis en la cuenta de que todo el mundo por entre el que os movéis, ya esté delante o detrás de vosotros, a vuestra derecha o vuestra izquierda, permanece silencioso y quieto. En ese trance, no pedís disculpas porque nadie las escucharía y decidís incorporaros a esa galería de personajes estáticos. Como ellos, dirigís los ojos hacia el balcón del primer piso de una casa que no recuerdo que tuviera más alturas que dos. Allí os sorprenderá encontraros con una mujer vestida como actriz de ópera en plena actuación. Es una soprano cuya garganta enfrenta al frío que nos tiene aterecidos una composición que se esmera particularmente en los agudos. Y quizás os pasaría como me pasó, y por un momento dudaríais qué admirar más, si su bel canto o la entereza con que encara una temperatura gélida. Y seguro que sólo romperíais el silencio para dejaros las manos aplaudiendo, y no sería por sacaros la heladura de encima.
   Mañana saldremos de Ushuaia. Pero antes hemos visto esto.

2 comentarios:

  1. Te estaba leyendo y se me paraban los pelos. Tuvo que ser muy emocionante. Más bien mágico.
    Me cuesta imaginar un lugar tan remoto lleno de gente y de tráfico, me imagino que es un lugar con mucho turismo, pero ¿cuántos habitantes fijos puede tener?
    Un beso.

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  2. Debe de andar Ushuaia por los 70.000 habitantes. ¿A qué te parecen muchos, para lugar tan remoto? Creo que el interés de las autoridades argentinas por que se poblase y el incremento del turismo tiene bastante que ver...

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