jueves, 3 de enero de 2013


TRIBUTO DE SANGRE

En Estados Unidos existe la creencia de que más allá de una mano debe haber siempre una pistola. En esa peculiar idiosincrasia, el ciudadano no se siente seguro ante el otro si no posee un arma con la que hacerle frente. Por si acaso, dedica parte de su tiempo a  prácticas de tiro.
   Así, piensa que se enfrentará con mayores posibilidades de éxito a cualquier agresor. Y, ya abierta la espita, mejor disponer en casa de todo un arsenal.
   Parece que todavía no se les ha ocurrido otra forma de vencer al mal que aliarse con él. Luego, cuando a alguien se le cruzan los cables, lo tiene fácil para sembrar el horror: veintiséis muertos (veinte niños) dejó en el camino el asesino de la escuela en Newtown, Connecticut, antes de suicidarse.
   Pese a que esas matanzas se repiten con cierta regularidad, se mantienen, erre que erre, en sus trece. Un senador republicano ha llegado a decir que el crimen en el centro escolar no se hubiera producido si su directora hubiera dispuesto de un arma. Y la Asociación Nacional del Rifle se ha pronunciado por que se contrate a vigilantes armados en los colegios. Todo, menos prohibir la venta de armas. Claro que ahí radicará, seguramente, el quid de la cuestión, en los millones de dólares que, en ese caso, se escaparían de las armerías. Y es que hay negocios que, para obtener beneficios, exigen un tributo de sangre, lo estamos viendo.
   Aparentemente, a este lado del Atlántico no nos toca otro papel en el drama que ejercer de desolados espectadores. Aunque no tanto como creemos:
“Con 270 millones de armas de fuego en manos de civiles [...] el mercado estadounidense es el más atractivo del mundo para fabricantes de revólveres, fusiles, pistolas o ametralladoras. Casi el 95 % de las armas de menos de 20 milímetros de calibre que exportó España en el primer semestre de este año tuvieron como destinatario a EE UU. Es decir, 8.019 millones de euros de un total de 8.534”. (El País, 27 de diciembre de 2012)
   Yo, desde luego, dormiría mejor si se incluyese a Estados Unidos entre los países a los que se prohíbe exportar armas desde España. Aunque lo mejor sería acabar totalmente con tan siniestra mercadería, claro.
P.E. Mi solidaridad hacia quienes en EE UU luchan contra la venta de armamento.

1 comentario:

  1. El colmo de los colmos de la violencia establecida ha sido la delirante subida de las ventas de mochilitas antibalas para llevar al cole en Estados Unidos. ¡Viva el negocio de la sinrazón! Isabel Tejerina.

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