sábado, 9 de noviembre de 2013

LOS ERASMUS MARCAN TENDENCIA

Están en Suecia, en Italia, en Alemania, en el Reino Unido o en Islandia. En tantos sitios... Y se unieron, sin embargo, aunque fuera con una pantalla por medio, en el mundo virtual, vía Internet. No los juntó el azar, sino la necesidad.
    “¿Cuántos habrá como yo, que nos enteramos hoy, después de mes y medio en el extranjero, de que no hay beca? Impotencia, ganas de llorar”, decía el escueto, pero clarificador twit de una de estos Erasmus. El ministro Wert acababa de decidir que miles de esos estudiantes no cobrarían la beca este curso, ya iniciado.  Con la de altos cargos que tiene, y la de asesores de que debe de disponer (a costa del erario público), ¿no hubo ninguno que le advirtiera de su disparatado proceder? ¿A quiénes estamos pagando, que así incumplen sus obligaciones?
   Solo estamos solos hasta que nos agrupamos.
   Fue cuestión de horas. En las redes sociales confluyeron voces procedentes de cualquier punto de Europa. Donde hubiera un universitario español afanándose en perfeccionar su inglés o volviendo internacionales sus saberes, se desató la sorpresa primero, la indignación después.
   Convirtieron su queja en un clamor e hicieron descontento de la desolación; y del disgusto nació la rebeldía, que alumbró, a su vez, la exigencia vindicativa. El ministro peor valorado de un gobierno que suspende en pleno (lo que ya es rizar el rizo) no ha tenido más remedio que dar marcha atrás a su denostada actuación.
   No está todo tan perdido como a veces sentimos que lo está. En nuestro tiempo, lo mismo que en el de Antonio Machado, se hace camino al andar. Y cuando se transita en compañía y siendo muchos, podemos liberarlo de los obstáculos que encontremos. Incluso, aunque eso esté todavía por ver, de quienes nos los ponen.



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